viernes, 17 de agosto de 2012




El Mangu Kurata: Espíritu comedor de demonios y de niños que según la tradición de los aborígenes Pindupis de Australia, carecen de ano y son tan delgados como un palo y cuado vuelan por los aires van todos juntos, uno al lado del otro, sujetos por el pene y la cola.

El Destalonado: Un ser excepcional sacado de la mitología chilena, deja patante su presencia por sus contundentes efectos.
Su modus operandi es un remolino de polvo, situándose el mismo en el vórtice, gira y se mueve con una rapidez vertiginosa y a su paso arrebata todo lo que encuentra en su camino, sean objetos, niños o animales. Se le llama así, el destalonado, porque deja impresa en el suelo una planta de pié, sin talón.

Efialtes o chupadores de vitalidad: Son una familia de duendes que viven de los seres humanos, se alimentan de su vitalidad o energía.
Efialtes deriva del griego Ephialtes, que significa saltar sobre. Estos seres gozan de la característica de saltar sobre el pecho de las víctimas, que en la mayoría de los casos son niños, produciendo una sensación de ahogo.
En Irlanda es relativamenyte conocido el Alp-Luachra, que el reverendo escocés Robert Kirk llamaba “comensal”. Este es un duende que permanece sentado junto a su víctima y comparte con el sus alimentos, nutriéndose de la esencia de lo que el ser humano consume.
Los efialtes suelen tener forma predeterminada, en un principio son mas bién una masa energética, invisible al ojo humano, que se puede materializar momentos antes de perturbar al durmiente, bien sentándose en su pecho o bien apretando su garganta.
Existe otro grupo de duendes o demonios que ingresan en el cuerpo de la víctima y solo pueden ser expulsados mediante exorcismos, estos seres o pequeños demonios suelen llevar armas, mas concretamente espadas del tamaño de alfileres y adoptan en determinadas ocasiones formas o aspecto de perros negros, gigantes en algunos casos.

Los Mannegishi: Son descritos por los indios Cree del Canadá como unos extraños seres de pequeña estatura, cabeza redonda sin nariz, con largas y delgadísimas piernas y manos provistas con 6 dedos, se dice que estos seres viven en las rocas y se divierten a costa de los infortunados viajeros. Estos seres se parecen bastante en su descripción a los alienígenas grises cabezones de la ufología, incluso se parece al demonio de Dover en Massachussets, que se dejó ver un par de días del mes de abril de 1977.

Los Ikales y los Pukujes: Estos seres pertenecen a la mitología de los Tzeltal (México). Su actividad fundamental se basa en raptrar niños, cuando aún están en el vientre de su madre, los describen como espíritus elementales de aspecto humanoide, de un metro de estatura, provenientes de otro mundo, que vuelan por los aires gracias a un dispositivo que tienen en su espalda. Según los indígenas, estos seres enanos son de color negro y están cubiertos de pelo, además tienen el poder o la capacidad de hacerse invisibles y de paralizar a quienes encuentre a su paso. Se les relaciona con raptos de seres humanos que se llevan volando consigo y se refieren sobre todo a mujeres, que a partir de ese momento se vuelven tan prolíficas que quedan encinta con mucha rapidez. Se les asocia con extrañas luces que les acompañan, tanto cuando están en tierra, como cuando están volando.

Esta descripción es muy familiar. En muchas ocasiones se ha escuchado en los relatos de encuentros cercanos que ciertas personas se han topado con seres de aspecto terrorífico, peludos y pequeños que en el momento oportuno cierran el paso de la víctima y proceden a asustarlo en determinados casos, en otras ocasiones los lastiman fisica y emocionalmente. Relacionado a esto tenemos el evento de la paralisis que producen a sus victimas, por ejemplo cuando los testigos mencionan ese momento en donde se han visto paralizados ante la presencia de seres humanoides enanos y en ciertos casos se vincula estos encuentros con abducciones fugaces.

Seres oscuros que brillan: Numerosas leyendas indican que en ciertos lugares existen luces erráticas: verdes, rojas o blancas, que se identifican con los espíritus elementales de la naturaleza. Se les llama también “luces élficas” por cuento en determinados paises se les ha llegado a vincular con los elfos.
En el folclore anglosajón se cree que estos fuegos esféricos y casi etéricos no son en sí mismos seres encantados, sino que los transportan en volandas unos duendes. En varias leyendas se las asocia con el travieso Puck, el duende inglés, que conduce a los viajeros por sendas olvidadas para hacer que se pierdan en las ciénagas o en lugares desérticos. Una tradición parecida existe en la India, cerca de Darjeeling, donde se cree que las luces son los faroles de los Chota Admis u hombrecillos. Acercarse mucho a ellos provocan enfermedades o hasta la muerte en ciertos casos.
En mitos escoceses e ingleses abundan unas extrañas luces llamadas “Spunkies” que se asocian a las almas de los niños fallecidos antes del bautismo. Luces que aparecen en el atardecer o en la oscuridad describiendo movimientos en zig-zag, saltando y recorriendo frecuentemente minas y túneles, el acercarse mucho a estas luces podría ser peligroso. En Europa reciben el nombre de “Will O` The Wisp”, se las asocia a pantanos y cementerios, algunos argumentan que podría ser las almas de las personas fallecidas y que por alguna razón no abandonan este mundo.
El “Escarfeur” de las tradiciones belgas aparece de noche por los caminos solitarios en forma de una esfera de fuego del tamaño de una boca de horno. Cuando desaparece lo hace con un fuerte estruendo o en completo silencio, dependiendo de su estado de ánimo.
En Francia toma el nombre de “Flamba”y se considera el alma de un brujo que ha firmado pacto con el diablo.
En África occidental tienen a sus “Blissi ou” con el aspecto de esferas de fuego. Al igual que los “Taloguimas”, espíritus que tienen la capacidad de vomitar fuego y de transformarse en antorchas ardientes.
Estas luminarias también tienen la costumbre de mostrarse en forma humana, como es el caso de “Tuzes Ember” de la campiña húngara, al que definen como un hombre de fuego que arde mientras sobrevuela los campos a media noche y de paso amenaza a los caminantes. Muy semejante a la “Umita” que quiere decir cabecita en quechua, del folclore argentino y que se muestra como una cabeza humana, de larga cabellera, volando a ras de suelo, rodeada de una mortecina luz.

Es interesante toparse con estas tradiciones o mitos que nos asombran sobremanera. ¿Será posible que estas esferas luminosas tengan algo que ver con las ya conocidas por los investigadores de campo de la ufología como foo-fighters y su continuo rastreo por zonas deshabitadas o despobladas?. Es muy posible que muchas de las leyendas o mitos, conjuntamente con las tradiciones de pueblos ancestrales, tengan una base real en todo lo que afirman. Es probable que nuestros ancestros hayan tenido un encuentro cercano con entidades e ingeniería de otro mundo y lo reflejen en sus relatos y mitos.


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