viernes, 20 de diciembre de 2013



La chica de los ojos oscuros, una chica especial, con una esencia divina, pero con una terrible maldición. Sueña por las noches con monstruos sin ojos, le producen un pánico atroz, se despierta sudorosa, con el corazón desbocado, sin apenas poder respirar y temblando como un conejillo asustado.
Ha sido una mala noche, una noche de pesadillas, como otras veces. Está en el vestuario del gimnasio duchándose después de clase de gimnasia, una ducha conjunta donde con sus amigas habla de las odiosas fórmulas de interés simple, capitales equivalentes y vencimiento común, que tienen que estudiar para el examen de tesorería de mañana. Mientras se seca, se mira en el espejo, mira sus ojos, son oscuros, unos ojos preciosos, pero ella los prefería de color esmeralda. Es la última en vestirse, ha estado pensativa, recordando la última pesadilla, parecía tan real.
Está sola en el vestuario, agarra su mochila para irse. Y entonces lo ve, delante de ella, es un monstruo sin ojos, como el de sus pesadillas, pero ella está despierta ahora. Un terrible grito ensordecedor suena en lo más hondo de su ser, pero sus cuerdas vocales no emiten sonido alguno. Está sumida por el terror, la pesadilla es real.
Corre con el pecho a punto de explotar. El monstruo la sigue, da pequeños pasos, pero es tan rápido como ella. No importa lo rápido que corra, él siempre está justo detrás. Siente su aliento en la nuca, un aliento helador, pero que al mismo tiempo quema como si fuera fuego del mismísimo infierno. Emite pequeños gruñidos, como un perro salido del averno. Le lanza la mochila, pero el monstruo la esquiva sin inmutarse. Mira hacia atrás aterrada, tropieza y cae. Llora en el suelo mientras el monstruo se acerca inexorablemente. No tiene ojos, pero parece ver, se fija en los ojos de ella. Entonces lo entiende, quiere sus ojos. De entre todas las chicas, quiere los suyos, el monstruo siempre quiere los más bonitos, no se conforma con otros.
Se detiene ante ella, alarga su mano, pero entonces la retira, como si se hubiera quemado. Otra vez la alarga y ahora chilla dolorido. Los ojos de la chica empiezan a brillar como una estrella en el firmamento. El monstruo empieza a arder, en pocos segundos está envuelto en llamas y finalmente queda reducido a cenizas.
La chica de los ojos oscuros, a través de los cuales se puede ver su alma brillante. El monstruo se había enamorado de sus ojos, pero la luz que salió a través de ellos desde su alma, consumió la oscuridad del monstruo.
La chica se levanta, ya no llora, ya nunca más tendrá pesadillas. Y ya nunca más deseará tener ojos de color esmeralda.

domingo, 8 de diciembre de 2013





Mientras estábamos de luna de miel en Maine, mi esposa y yo hicimos una parada en el pintoresco pueblo de Boothbay, en un día particularmente gris y lluvioso. Puesto que el picnic que habíamos planeado no era más una alternativa, nos refugiamos en una pequeña tienda de antigüedades próxima al muelle.

En tanto mi esposa ojeaba los grandes cofres y juegos de mesa cerca de la entrada, yo examinaba entusiasmado las herramientas antiguas y el equipo marítimo dentro de las vitrinas en la parte trasera. Al ser un coleccionista de lentes e instrumentos marinos, ansiaba encontrar un sextante, o quizá un viejo telescopio forrado con cuero.

Me detuve en una pieza interesante. Parecía ser una linterna de bronce que denotaba una pátina café, pero que era muy moderna en cuanto a su diseño. Le pregunté al dueño de la tienda por ella, pero sólo me pudo decir que la encontró en el mismo cofre antiguo que traía varias brújulas y el sextante que también se exhibía. Inquirió sobre si deseaba comprárselo a cinco dólares, o llevarlo a ningún costo.

—A mí no me sirve de nada, nadie lo quiere.

Cuando le cuestioné acerca del precio, él suspiró con cansancio, y luego se acercó a la vitrina para sacarlo.

—Tenga, compruébelo usted mismo.

La artesanía era impresionante, bastante duradera y aparentemente hecha a mano, quizá en algún lugar de Europa. Unas marcas de escritura desgastadas indicaban que podría ser de origen alemán, o tal vez austríaco. Giré el lente y una débil luz roja salió despedida. Al apuntarla en una esquina oscura del local, tomó la forma de múltiples movimientos en espiral, que chocaban y se entrelazaban como una manada de anguilas. Mientras continuaba utilizando ese inusual caleidoscopio-proyector, mi imaginativa mente inventaba rostros macabros con rulos sinuosos. Al desactivar el aparato, me volví emocionado hacia el dueño de la tienda.

—¡Fantástico! —le dije—. ¡Debe de tener algún tipo de filtro para el aceite enfrente de los lentes! Tengo dos caleidoscopios victorianos, pero ninguno de ellos alumbra como éste.

—No lo entiende, ¿vedad? Nadie lo hace. Todos regresan para devolverlo luego de un tiempo —El dueño de la tienda se apoyó en la vitrina, y pude notar que estaba respirando agitadamente—. Todos piensan que es una especie de truco… hasta que empiezan a ver a través de él con las luces apagadas.

»Ésa no fue una proyección, amigo. Ese… maldito aparato, esa luz… no está fabricando a las criaturas que vio. Simplemente le está permitiendo a sus ojos ver lo que siempre ha estado ahí.




La navidad es aquella ceremonia donde se festeja el nacimiento de Cristo, y todos tienen una noche buena, pero la familia Edith no tuvo esa noche buena.
Londres año 1980, la familia Edith espera ansiosa la navidad, es un día con mucha nieve, pero podría ser peor cuando informan por televisión sobre un asesino que se ha escapado de la cárcel con un traje de santa Claus y que ronda por esa misma zona, la familia se mantiene alerta, pero no lo suficiente ya que no han asegurado la casa y que en cualquier momento el prófugo podría introducirse en el hogar.
Ante esto la madre manda a dormir a su hijo en la planta alta de la casa (2° piso), para estar más asegurado. Ya son más de las 00:00 hs y en la casa están todas las luces apagadas, de repente se siente un ruido por la chimenea entonces Lautaro hijo único de la familia se levanta de la cama creyendo que era santa, fue entonces cuando la madre grita: ¡Lautaro corre y escondet…., pero el asesino le corta el cuello a la mujer con lo cual muere ensangrentada, el niño siente un temor inexplicable .
Mientras el niño subía las escalera rápidamente el prófugo le decía con voz dulce y delicada: lautarooo, dale un abrazo a santaaa. Fue entonces que en esa ocasión aparece el padre del niño peleando contra aquel asesino, pero por un descuido minúsculo el suicida saca un hacha que tenia escondido en su traje robusto y le corta el hombro al pobre hombre que gritaba agonizante en el pasillo de su casa, mientras gritaba adolorido por la herida el esquizofrénico hombre le corta la cabeza al papa de Lautaro, ahora sí, Lautaro sentía miedo, pero a la vez furia y tristeza por lo sucedido aquella noche de alegría, el estaba solo e indefenso lo único que pudo hacer fue esconderse en su cuarto encerrarse en su closet y llamar sollozantemente a la policía sin que aquel demente se diera cuenta de la llamada a las autoridades y que todo se diera por terminado……pero no fue así como lo pensó Lautaro.
El asesino aun buscaba al joven asustado, pero cuando subió las escaleras escucho un bullicio en el armario, el loco sin pensarlo corta el cable del teléfono, abre el armario y asesina muy brutal y despiadadamente a aquel joven niño de tan solo 7 años de edad, cortándole sus miembros y extrayendo sus órganos, mientras Lautaro agonizaba el despiadado hombre le corta el cuello y es ahí cuando la vida de aquel niño se da por terminada, pero antes de irse el loco vestido de santa Claus descuartiza a los integrantes de la familia, los mete en una bolsa negra y los coloca en una caja cuadrada lo envuelve con papel de regalo y lo deja debajo de aquel árbol de navidad que hermoso se veía con sus adornos navideños.
Jamás se volvió a ver a aquel asesino, pero ten cuidado, puede que en cualquier navidad aparezca en tu casa, pero… ¿estarás preparado para ello?.