domingo, 24 de marzo de 2013



Dos intelectuales explicaron experiencias que les condujeron a tener un viaje astral.
El conocido escritor alemán Goethe explicó su vivencia: "Cabalgaba por el sendero hacia Drusenheim cuando tuve un presentimiento muy extraño. Vi mi propia figura montada a caballo acercarse a mí por el mismo camino. La figura vestía una prenda para mí desconocida, de color grisáceo dorado. Al despertarme de este sueño, desapareció la visión. Lo notable de todo esto es que ocho años después me encontré en el mismo camino, con la intención de visitar a Frederika una vez más y vistiendo la misma prenda que había visto en mi sueño y por casualidad, no por elección."
El escritor francés Guy de Maupassant del S.XIX explicó una experiencia semejante. Estaba escribiendo en su mesa cuando oyó que alguien había abierto la puerta. Con gran sorpresa contempló la visión de su propia figura, que le empezó a dictar lo que el novelista estaba escribiendo. Al terminar, se levantó y la imagen desapareció.
Conviene saber que algunas veces se describe el fenómeno "viaje astral", al hecho de ver el cuerpo físico acostado en la cama. Esto es muy fácil de experimentar si sabemos como efectuar la salida de nuestro cuerpo de manera consciente y voluntaria (algo que se produce de todas formas cuando nos quedamos dormidos, aunque seguramente sin conciencia o lucidez de ello). Se trata de ser consciente del mismo proceso de dormirse. Es decir, observar atentamente (pero muy relajadamente) como el cuerpo se va durmiendo. Hay un instante en que uno puede separarse de su cuerpo a voluntad. Es el momento en que uno ni está despierto ni dormido totalmente. En ese momento hay que levantarse de la cama pausadamente. Si uno se levanta en el momento preciso entonces se produce voluntariamente lo que de todas formas iba a producirse espontáneamente (la separación del cuerpo físico y de la psiquis). Una vez nos hemos levantado sí podemos mirar hacia la cama, veremos a alguien durmiendo en nuestra cama y ¡oh sorpresa!... si somos nosotros (más bien nuestro cuerpo). Si cuando nos separamos voluntariamente de nuestro cuerpo físico queremos flotar en el aire... veremos que podemos hacerlo, basta con dar un saltito con esa intención.
La técnica de sueño entrecortado
" Acuéstese con el propósito de no dormir más de 4 horas. " Despiértese una hora antes del amanecer " Al despertar, levántese de la cama, estírese un poco, y manténgase de pie durante unos pocos minutos. " No ocupe su tiempo mientras esta despierto, concentrese en la idea del ejercicio que va a realizar. " En una posicion comoda, dispongase a dormir nuevamente, meditando previamente sobre la experiencia que va a realizar. " Repita mentalmente: "voy a realizar un viaje astral. me voya hundir en el sueño, pero manteniendo mi conciencia despierta. Voy a abandonar mi cuerpo en pleno estado de lucidez" " a continuación déjese llevar por el sueño. " Si se despierta al poco tiempo de haber conciliado el sueño (esto puede suceder por el temor inconciente de realizar la experiencia), repita las frases anteriormente mencionadas, hasta que vuelva a quedarse dormido. " Usted perderá temporalmente el estado conciente en el momento de quedarse dormido, pero luego se encontrara totalmente consciente y fuera de su cuerpo.
Cualquiera que lo desee puede tener un viaje extracorporal. La clave está en querer llevarlo a cabo y seguir unas sencillas pautas. Evidentemente, la práctica es la que posibilita mayor dominio de esta técnica. El ambiente: La habitación en la que se lleve a cabo la experiencia debe ser cálida y oscura. Deben llevarse ropas cómodas y holgadas y es aconsejable desprenderse de joyas y objetos metálicos. Hay que estirarse en una posición confortable con la cabeza orientada al norte.

- Respiración: Es muy importante estar totalmente relajado. Cerrar los ojos y respirar rítmicamente. Abrir ligeramente la boca, nos ayudará a conseguirlo.
- Visualización: El siguiente paso sería concentrarse en una imagen simple y tratar de conciliar el sueño. Una vez se alcanza el estado de duermevela, debemos relajarnos profundamente, sintiendo que nos podemos sumergir en la oscuridad que nos rodea.
- Concentración: Para lograr las vibraciones que anuncian el comienzo del viaje, debemos concentrarnos en un punto situado a unos treinta centímetros de nuestro cuerpo. Poco a poco, este punto debe extenderse a una distancia de dos metros y dibujar una línea paralela hasta nuestro cuerpo. Enfocando este plano, deben sentirse las vibraciones e interiorizarse dentro de la cabeza.
- Vibración: Una vez controladas estas vibraciones, deben guiarse por todo el cuerpo, desde los pies a la cabeza. Cuando lleguen a este punto, estaremos listos para emprender el viaje.
- Flotando: Para conseguir abandonar el cuerpo, debemos concentrarnos en la idea de lo placentero que sería flotar y así notaremos como el cuerpo empieza a flotar.
- De vuelta: Para retornar al cuerpo físico, tan sólo deberemos concentrarnos en la sensación de fusión.


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