Era una noche tranquila cuando la joven
pareja se fue a dormir, pero entrada la madrugada un fuerte viento
desató un alboroto, las ventanas vibraban, y las paredes eran azotadas
por cualquier cosa que estuviera cerca. Después de salir a revisar y
poner todo en un lugar donde causara el menor ruido posible, intentaron
dormir otra vez, pero era algo complicado, cuando apenas estaban pegando
los ojos, algún fuerte ruido les crispaba los nervios, pasaron así los minutos, con los ojos abiertos, esperando que el siguiente estruendo no los tomara tan desprevenidos.
Al llegar el hombre tomó el encendedor y
lo accionó. Durante un fugaz segundo, frente a su cara, como si fuese el
reflejo en un espejo, un rostro con la boca abierta y vacios ojos negros
le miraron fijamente acercándose lentamente como si quisiera fundirse
con él, le pareció un momento eterno, en el que soltó el encendedor y
apretó fuerte la mano de su esposa.
Estaba seguro de lo que vio, pero no
podía decir nada para que su esposa no se asustara, debía hacer algo…
pero, ¿qué?, “eso” estaba ahí, observando, pero tampoco podía quedarse
quieto esperando. Cuando la cabeza estaba a punto de estallarle de tanto
pensar, la electricidad volvió, la luz de los aparatos de cocina dieron
suficiente iluminación para ponerlo tranquilo, pues estaban
completamente solos.
Pero después de eso no hubo tranquilidad, ¿Qué era?, ¿Porque estaba ahí?… y lo más aterrador de todo… ¿volverá?…o ya ¿Estará en la casa de alguien mas?
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