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Algunos
miedos nunca llegan a desaparecer con el tiempo. Ciertos hechos
sombríos marcan la vida de una persona… e incluso, la vida de la
población en una ciudad. Este fue el caso en Virginia Occidental
(EE.UU.) y Cornualles (Inglaterra), dos poblaciones que nunca
consiguieron olvidar los ataques de Owlman (Hombre Búho), ocurridos
entre los años 1966 y 1978.
OwlMan
En Virginia Occidental tuvo su primera aparición en 1966, provocando
pánico entre los residentes de la ciudad y una histeria colectiva que
terminó por obligar a muchos de los habitantes a crear reglas de toque
de queda durante un largo periodo de tiempo, debido al temor de los
ataques de la criatura. De acuerdo con las versiones de los residentes,
no fue sino hasta 1972 que la situación se normalizó, año en que las
personas volvieron a su vida normal sin el pavor que les causaba el
temor de encontrarse con ese siniestro ser.
Sin embargo, las apariciones de Virginia Occidental no se comparan con las ocurridas en Cornualles, Inglaterra.
Las dos primeras testigos fueron un par de hermanas: Vicky – de nueve
años de edad – y Melling – de 12 años – en junio de 1976. Las niñas
estaban de vacaciones con su familia en Cornualles y decidieron caminar
por el bosque, en su recorrido encontraron una iglesia de piedra, con un
cementerio abandonado en uno de sus laterales. Curiosas, se acercaron
al lugar, y en ese justo momento la criatura voló hacia el cielo: era el
hombre búho, que se posó sobre el campanario de la iglesia, dejando a
las chicas aterrorizadas.
la iglesia en Mawnan
Las niñas quedaron tan horrorizadas con el demonio volador que
inmediatamente corrieron a contarle a su padre, Don Melling, sobre el
extraño animal que habían visto. Melling – percibiendo la palidez y el
temblor de sus hijas – decidió internarse en el bosque, para verificar
lo que estaba sucediendo. Terminó por encontrarse con un humanoide que
sobrevolaba las copas de los árboles y emitía un ruido extraño, como el
de un búho. Desesperado, Melling no lo pensó dos veces y regresó a su
casa en Lancaster. Aunque sus hijas no lo sabían, cuando Don era un
niño, visitaba Cornualles durante los veranos y siempre se detenía a
escuchar las historias que los habitantes contaban de una siniestra
criatura, pero nunca se imaginó que un día alguien de su familia estaría
en contacto con ese mítico ser, o bien, que él mismo podría avistar al
monstruo.
Melling continuó intrigado por los acontecimientos, incluso
después de volver a Lancaster. Decidió ir tras personas especializadas
en el tema y fue entonces que encontró al investigador paranormal, Tony
Shiels (conocido como “Doc”), a quien contó su extraño caso.
Se negó, sin embargo, a dejar que sus hijas fueran entrevistadas,
él mismo le dio a Shiels un bosquejo de la bestia. El dibujo mostraba
claramente una criatura humanoide, que parecía tener las características
de un búho.
Shiels narró la forma en que llegó a saber del fenómeno Owlman en
una carta a su colega, un conocido experto en criptozoologia británico y
autor de “The Owlman and Others” Jonathan Downes:
The Owlman and Others - Jonathan Downes
“Algo muy extraño sucedió el fin de semana de Pascua. Un hombre
de Lancaster me habló de algo que sus dos hijas habían visto… un gran
hombre-pájaro parado sobre la torre de la iglesia en Mawnan (un pueblo
cerca de la desembocadura del río Helford). Las niñas tenían tanto miedo
que la familia terminó sus vacaciones y volvieron tres días antes de lo
planeado”.
“Esto es realmente una cosa fantástica, y tengo la certeza de que
el hombre estaba contando esto porque quería ayuda para cazar al
monstruo. No me permitió ver a las niñas para hablar de ello, pero me
dio un esbozo de la cosa. ”
“Como no hay otros relatos en esa misma fecha, hasta donde yo sé,
de ese tal hombre-pájaro… estoy concluyendo que podría ser un hombre
vestido de forma extravagante con un ala delta, aunque se sabe que
Mawnan no es un lugar para pasar el rato con un ala delta. Realmente no
sé qué pensar… es como si una carga de rarezas fuera soltada el área de
Falmouth desde el pasado otoño”.
Semanas después de la primera aparición y del comunicado de Shiels,
cosas extrañas comenzaron a ocurrir en Mawnan. Las personas afirmaban
haber visto ovnis, animales muertos y personas desaparecidas sin dejar
rastro.
Casi tres meses después, el 3 de agosto de 1976, una niña de 14
años de edad, Sally Chapman – que provenía de Plymouth – fue de
campamento con una amiga, Barbara Perry, en los mismos bosques donde
Vicky había visto a la criatura en junio. Esta vez, sin embargo, las
jóvenes testigos no estarían a tanta distancia de esta aterradora
entidad.
Owlman buho
De acuerdo con el relato de Chapman, cuando ella y Perry salían
de su tienda de campaña, escucharon un “silbido” horrible. Las jóvenes
volvieron la cabeza y se encontraron con una visión que las perseguiría
por el resto de sus vidas. Chapman describió lo que vio:
“Era como un gran búho con orejas puntiagudas, tan grande como un
hombre. Tenía los ojos rojos y brillantes. Al principio, pensé que era
alguien vestido, haciendo una broma, tratando de asustarnos. Me reí de
esto, al igual que Perry, entonces voló… fue cuando entramos en pánico y
comenzamos a gritar. Cuando subió, puede ver sus patas, eran como
pinzas, como las de la mayoría de las aves.”
Perry también contribuyó con sus ideas sobre la bestia:
“Fue horrible, la cara del búho era desagradable, con orejas
grandes y ojos de color rojo. Estaba cubierto de plumas grises. Las
garras en sus pies eran negras.”
Las chicas – después de tener conocimiento de la participación de
Shiels en el caso – no tardaron en ponerse en contacto con el
investigador. Shiels, ansioso de saber si se trataba de un avistamiento
válido o simplemente una broma de adolescentes con la esperanza de ganar
un poco de fama en la localidad, fue a encontrarse con Chapman y Perry
al día siguiente en Grebe Beach.
Al día siguiente, el 4 de agosto de 1976, una joven llamada Jane
Greenwood también afirmó haberse encontrado con la criatura. Greenwood
describió nuevamente al animal como un humanoide con una boca grande,
ojos rojos y grandes garras como pinzas.
En el mismo año, Anthony Mawnan-Peller publicó un folleto – que
principalmente trataba sobre “Morgawr, the Cornish”, un monstruo marino,
con un artículo que se titulaba: “Morgawr: El monstruo de Falmouth
Bay“, que incluía entre las descripciones del monstruo marino, las
primeras citas sobre “Owlman”.
hombre buho
Luego de la publicación de este folleto – o, como sugieren muchos
escépticos, debido a ello – la frecuencia de los avistamientos de la
bestia tuvo un aumento considerable, y continuó así durante los próximos
dos años, y después de eso pareció que había muerto repentinamente.
Y todo quedó en santa paz, hasta que dos años más tarde, en 1978,
una mujer identificada como “Señorita Opie” sufrió un ataque de la
criatura cuando pasaba cerca de la iglesia Mawnan.
El Owlman fue visto de nuevo el 2 de agosto de 1978 por tres
estudiantes francesas no identificadas que estaban asistiendo a un
evento en las proximidades de Cornwall College, durante un curso de
verano.
En agosto de ese año, más de un centenar de avistamientos y
ataques se registraron en los alrededores de la Iglesia Mawnan. Todos
describieron la misma criatura con orejas grandes, plumaje gris, ojos
rojos y garras enormes.
Por lo poco que sabemos, se concluyó que Owlman tenía una época
del año preferida para hacer sus apariciones: De junio a agosto y que, a
pesar de lo aterrorizante y de las apariciones registradas durante esos
meses, ninguno de los testigos tenía más que abrasiones provocadas por
la criatura.
Tal vez lo más siniestro de toda esta historia es que, después de
una investigación sobre el lugar de las apariciones, se encontró que la
iglesia Mawnan fue construida en el sitio de una antigua “fiesta de la
cosecha” donde los lugareños elogiaban a un dios pagano cuyas
características se asemejaban a las de un ave.
Aun cuando toda esta historia es verdad no podemos, sin embargo,
admitir que todo haya sido cierto, pareciera que la vida copia la
mayoría de los clichés de las películas de terror. Monstruos,
adolescentes, iglesias antiguas, cementerios abandonados,
desapariciones, rituales a dioses paganos… ¿qué podría ser más cliché
que eso?
Hay una sola forma de confirmar la veracidad de esta historia.
Cuando llegue agosto, toma una escopeta, una lata de sardinas, una
tienda de campaña e instálate al lado de la iglesia Mawnan.
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