domingo, 28 de abril de 2013





“Mi cabeza va explotar, mi oreja sufre, me duele mucho, dejen de hacerme sufrir, mi oreja, mi oreja me vuelve loco, por eso mi cabeza va a explotar, me duele mucho, dejen de hacerme sufrir…”
Joseph Vacher tras su detención


Joseph Vacher nació en Beaufort (Francia) el 16 de noviembre de 1869. Siendo hijo de un granjero, fue enviado a estudiar en una estricta escuela católica. Su niñez transcurrió en el campo, donde se dedicó durante mucho tiempo a torturar animales. Allí tuvo también sus primeras experiencias sexuales con jóvenes campesinas, a las que golpeaba mientras sostenía relaciones. En 1893, mientras prestaba el servicio militar, se enamoró de una joven sirvienta llamada Louise y en varias oportunidades trató de cortejarla, pero ella no accedió. Al terminar el servicio, le propuso matrimonio por última vez, pero ella nuevamente lo rechazó. Presa de un ataque de rabia, Vacher le disparó cuatro veces, y luego intentó suicidarse disparándose en la cabeza dos veces. La joven quedó seriamente herida, pero sobrevivió, al igual que Vacher, quien como consecuencia quedó paralizado de un lado de la cara. Las dos balas quedaron alojadas para siempre en su cabeza.



Vacher fue enviado a una institución mental en Dole, en el Jura. Escapó a los pocos días, pero nuevamente fue encerrado en el manicomio cuando un joven de diecisiete años fue encontrado muerto, apuñalado y con el vientre abierto, Vacher se declaró culpable, revelando que había bebido sangre del cuello de la víctima, porque siendo niño un perro rabioso lo había mordido y su sangre estaba envenenada. Un año después fue dejado libre. Los médicos afirmaron que estaba completamente curado. Tras salir del psiquiátrico en 1894, Vacher comenzó su prolífica carrera como asesino en serie. Tenía veinticinco años. Se distinguía porque casi siempre cargaba un acordeón y utilizaba un gorro hecho con piel de conejo. Viajó por diferentes pueblos de Francia buscando víctimas, desde Normandía a Provenza, manteniéndose principalmente en el sureste de Francia, sobreviviendo como mendigo o trabajando en las granjas como jornalero.



Acechaba a las personas en los campos, zonas completamente aisladas, para después atacarlas con un cuchillo. Las mutilaba, asesinaba y violaba los cadáveres. A veces se comía sus vísceras, otras bebía su sangre y unas más les sacaba los ojos. Sus víctimas eran campesinos y pastores. Durante el tiempo que estuvo activo, asesinó y descuartizó a una anciana, cinco jóvenes pastoras y cinco chicos, también pastores. Las investigaciones hechas luego de su muerte, indicaron que Vacher asesinó a cerca de treinta personas.



Los crímenes de Vacher según grabados de la época (click en la imagen para ampliar)


En 1897, Vacher intentó atacar a una joven en Ardeche, un departamento en el sur de Francia, pero ella se resistió y luchó contra él. Los gritos alertaron a su esposo e hijo, y juntos sometieron a Vacher, quien nuevamente fue llevado a la policía.



Los titulares en revistas de la época


El criminal se declaró loco y confesó todos sus asesinatos, alegando que una voz en su interior le decía qué hacer y a cuáles victimas asesinar. Afirmó ser un enviado de Dios y se comparó con Juana de Arco, ya que lo habían mandado para conseguir que la gente pensase y comprendiese las verdaderas virtudes de la fe.



Fue examinado por varios médicos, quienes asombrosamente llegaron a la conclusión de que estaba mentalmente sano, basándose en que detalló con exactitud los asesinatos, y que en su mochila llevaba lazos previamente cortados y una navaja plegable de mango de madera.



Dado el diagnóstico, Vacher fue juzgado cómo hombre cuerdo y condenado a muerte el 28 de octubre de 1898, ante los aplausos de la multitud.



El 31 de diciembre de 1898, Vacher fue conducido al cadalso. Se negaba a avanzar y los guardias tuvieron que llevarlo a empujones. Una vez allí, murió en la guillotina. La multitud reunida en torno al lugar aplaudió nuevamente cuando la cabeza cortada del asesino finalmente rodó por el suelo.



La cabeza cortada de Vacher


Tras el caso de Vacher, se crearon en Francia las Brigadas Móviles de la Policía, que más tarde se llamarían las Brigadas del Tigre y el Control de Fichaje. Con esto, a partir de 1912 se fichó a todos los nómadas y vagabundos de Francia.


1 comentario:

  1. Wuaooo yo en un principio pensaba que era el cuento de manolo el que la parmo jajajaja

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