sábado, 15 de septiembre de 2012



El territorio africano conserva aún alguno espacios casi inexplorados, en ellos bien podrían refugiarse individuos de especies que no han sido clasificadas por los naturalistas, y que se mantienen en la ignorancia del ser humano. Una criatura misteriosa es el Marozi, un felino que supuestamente tendría restos de melena como el león, pero manchas como las del leopardo.
La criptozoología se ha ocupado por años de rastrear la pista de ciertos felinos misteriosos, como el Marozi, el Ntarargo, que han sido descriptos por miembros de algunas tribus.
El Marozi:

Conocido como el “león manchado africano”, es uno de los pocos casos donde existen pruebas físicas de su existencia, las que se suman a los testimonios de lugareños y extranjeros, más algunas fotografías, y por consiguiente podemos conjeturar que su existencia es posible.
Desde 1904 se han producido reportes de “leones manchados”, por parte de nativos y extranjeros, pero recién en 1931 se produjo el primer documento.
Un granjero de Kenia (Michael Trent) observó dos extraños leones manchados, un macho y una hembra, los siguió y les dio muerte. Al examinar los cadáveres, pudo observar que eran muy pequeños, y finos, y que presentaban manchas similares a las que tienen los cachorros, y el macho presentaba una escasa melena a forma de patilla. Sus cuerpos fueron enviados al Departamento de Caza de Nairobi, donde fueron embalsamados, ante gran revuelo.
Dos años más tarde, el explorador Kenneth Dower, viajó a África para conocer más sobre el tema, realizando importantes investigaciones al respecto.
En primera instancia localizó las huellas de lo que dedujo sería una pareja de felinos de macho y hembra, el tamaño era intermedio entre las de león y las de leopardo. Perdió el rastro entre las huellas de una gran manada de búfalos, la cual al parecer, habrían estado acechando. Poco después encontró huellas similares a unas altitud de 3812mts.
Dower averiguó que los aborígenes diferenciaban a estos felinos de los leones y leopardos, y que el Marozi era conocido con diferentes nombres en las diferentes regiones, como ser Ikimizi en Ruanda, Abasambo en Etiopía. Y que estos animales vivían en parejas en lugar de manadas, y que ocupaban un hábitat distinto de la sabana.
En 1924, el naturalista A. Blayney Percival, dio muerte a una leona con sus cachorros, y la madre, así como los cachorros, estaban cubiertos de manchas.
En 1931, fueron avistados cuatro ejemplares similares, por parte de un guarda R.E. Dent, en la montaña de los Aberdares, a unos 3000 metros de altura.
Como estos, hubo otros avistamientos por esa época, donde los testigos intentaron matar a los animales sin lograr su propósito.
Dower no pudo demostrar fehacientemente la existencia de estos animales, pero sí pudo, acrecentar el interés que despertaban, a través de la publicación de libros y artículos.

Teorías de los felinos misteriosos:

Felinos misteriosos1. Hibridación natural entre leopardo y león: Fue la primera teoría desarrollada, donde el “leopon”, sería producto del cruzamiento entre un leopardo macho y una leona, dando como producto, un animal similar al león, pero de menor tamaño, con melena rala en los machos, y manchas sobre su pelambre.
Esta teoría cuenta con muchos detractores, pues aducen que los híbridos no tienen capacidad de reproducirse, que leones y leopardos tienen estilos de vida diferentes, que son enemigos naturales, y que los híbridos no estarían aptos para la vida salvaje.
2. Mutación genética del león: Esta teoría sostiene que se trataría de una mutación natural, como el caso de los leones albinos.
Si bien es cierto que los cachorros de león poseen manchas en sus primeros meses de vida, esto como reminiscencia de sus antepasados que tenían manchas. También es cierto que algunos ejemplares adultos conservan vestigios de las manchas de nacimiento, en especial las leonas. Además, los cruzamientos consanguíneos pueden producir coloraciones inusuales. Todo lo anterior haría más creíble esta teoría, aunque siempre permanecen algunas incógnitas.
3. Nueva especie: Esta teoría considera que son ejemplares de una nueva especie, perteneciente al género Pantera, y que aún no habrían sido catalogados por la ciencia.
También se ha manejado la posibilidad de que un antepasado común de leones y leopardos, hubiese sobrevivido hasta nuestros días.
Conclusión:

En el Mueso de Historia Natural de Londres, se conserva una piel atribuida a Trent, y un cráneo similar al de un león común, pero muy pequeño.

Desde la década de los “30”, no se han producido nuevos avistamientos, lo cual hace suponer, que de haber existido realmente esta especie, desgraciadamente se encontraría extinta. Con lo cual, la curiosidad del hombre, habría provocado una vez más la desaparición de una especie animal.


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