sábado, 16 de noviembre de 2013




Cuando llegó la noticia al vecindario todos los niños de la zona se alegraron, todos
Menos Franco. Un gran circo llegaba a la ciudad y se iba a instalar justo al lado de
Su casa en donde había un inmenso terreno baldío; esto le preocupaba a Franco
Pues le tenía terror a los payasos. Descubrió su miedo en la fiesta de cumpleaños
De un amigo en donde contrataron un payaso, en ese entonces tenía seis años, ahora
Con trece cumplidos seguía con su miedo pero como lo avergonzaba no se lo contó
A nadie, ni siquiera a su hermano menor Sergio de ocho años con el cual era muy
Unido.
Desde el fondo de su casa vio la carpa multicolor elevarse como si fuera un gigante.
Solo un muro de unos dos metros lo separaba de aquel mundo bullicioso y fantástico.
Toda la familia asistió a la primera función. Como primer acto aparecieron los payasos,
Sus piruetas y ocurrencias hacían reír a la gente. Franco comenzaba a sentirse mas
Cómodo, su miedo se estaba diluyendo. Miró a un costado y vio que entre el público
Había un payaso, extrañamente la gente que estaba a su alrededor parecía no notarlo.
El payaso volteó con rapidez y sus siniestros ojos se fijaron en los de Franco, su rostro
Era horrible, cubierto de blanco y con una boca inmensa que sonreía diabólicamente.
En un abrir y cerrar de ojos el payaso estaba sentado a su lado, su enorme mano
Enguantada tomó la de Franco, el niño se desmayó de terror.
Despertó sobre una cama de hospital, a su alrededor estaba su familia;
- Franco, que susto nos diste, por suerte el doctor nos dijo que estas bien -
Dijo su madre mientras le acariciaba la frente - Los dueños del circo nos ayudaron
A traerte, vinimos en uno de sus vehículos, fueron muy amables, es mas, insistieron
En mandar a alguien para animarte cuando te recuperaras - dijo el padre.
- ¡Hooolaa! - la puerta se abrió y asomó la sonriente cara de un payaso.


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