domingo, 7 de julio de 2013



Estructuralmente, el cerebro es una máquina increíblemente compleja, de hecho aún a día de hoy es una gran desconocida, tanto para los científicos, médicos e incluso psicólogos y psiquiatras ...

En cuanto a sus funciones, la conciencia representa sólo una pequeña parcela de nuestra psiquis...

En todo caso, parece indudable que nos afectan muchos estímulos que no percibimos conscientemente y que, por lo tanto, no podemos evaluar de manera racional ...¿De dónde provienen por ejemplo, las "corazonadas", los "pálpitos" o lo que manifestamos en ocasiones con frases como "intuyo que ..."?

Pero profundicemos en nuestro cerebro ...

El número de neuronas que contiene nuestro cerebro, sólo en la corteza, puede calcularse en diez mil millones. Y el número de conexiones entre ellas supera lo imaginable.

Dos personas distintas habitan en nuestro cerebro, unidas como mellizos siameses, a lo largo de la línea media. Una de ellas es verbal, analítica, dominante y la otra es artística pero muda, casi misteriosa en su totalidad.

Estos son el hemisferio izquierdo y derecho de nuestro cerebro, constituido por dos mitades unidas por una compleja red de fibras nerviosas que forman un grueso "cable" llamado cuerpo calloso.

La conexión con el sistema nervioso determina que el hemisferio izquierdo controla la parte derecha del cuerpo, y el hemisferio derecho controla el lado izquierdo.

Entre los mamíferos, el hombre es el único que ha desarrollado distintos usos para cada mitad de su cerebro. Esta asimetría, que todos reconocemos cuando decimos si somos derechos o zurdos, es el glorioso mecanismo a través del cual el hombre está capacitado para hablar. Es lo que nos diferencia de los simios.

Pero, cada parte del cerebro está a cargo de diferentes procesos mentales:

Por un lado tenemos el hemisferio izquierdo del cerebro, también llamado hemisferio racional, de acuerdo a las clases de funciones que priman en este. La mayoría de los procesos mentales que nos catalogan como animales racionales y evolucionados se presentan en este hemisferio. Todo aquello relacionado con el lenguaje, como pueden ser la lectura, la escritura y el habla, es predominante en las diferentes áreas del hemisferio izquierdo. Del mismo modo, procesos complejos como la realización de operaciones aritméticas y el cálculo matemático rigen también en este hemisferio.

Por otro lado encontramos el hemisferio derecho del cerebro, relacionado con las funciones intuitivas que por lo general no acarrean un nivel de complejidad tan elevado como aquellas que se presentan en el hemisferio izquierdo. La imaginación y la creatividad en sentido genérico son funciones primordiales de este hemisferio. Del mismo modo se dan aquí el reconocimiento de configuraciones, la construcción espacial y la identificación facial.

Como se ve, y a diferencia de lo que se pensó en un principio, lejos de ser tonta, la mitad derecha del cerebro es simplemente muda e iletrada. En realidad, percibe, siente y piensa a su manera, que en algunos casos puede ser superior a la del hemisferio izquierdo. El único problema es comunicarse con ella en forma no verbal.

El cerebro reptil:

El cerebro humano está formado por varias zonas diferentes que evolucionaron en distintas épocas. Cuando en el cerebro de nuestros antepasados crecía una nueva zona, generalmente la naturaleza no desechaba las antiguas; en vez de ello, las retenía, formándose la sección más reciente encima de ellas.

Esas primitivas partes del cerebro humano siguen operando en concordancia con un estereotipado e instintivo conjunto de "programas" que proceden tanto de los mamíferos como, más atrás aún en el tiempo, de los toscos reptiles que dieron origen a los mamíferos.

La parte más primitiva de nuestro cerebro, el llamado "cerebro reptil", se encarga de los instintos básicos de la supervivencia tales como el deseo sexual, la búsqueda de comida y las respuestas agresivas tipo pelea-o-huye...

Sin embargo, muchos experimentos han demostrado que gran parte del comportamiento humano se origina en zonas profundamente enterradas del cerebro, las mismas que en un tiempo dirigieron los actos vitales de nuestros antepasados.

Aún tenemos en nuestras cabezas estructuras cerebrales muy parecidas a las del caballo y el cocodrilo, tal y como afirma el neurofisiólogo Paul MacLean, del Instituto Nacional de Salud Mental de los EE.UU.

Nuestro cerebro primitivo de reptil, aún dirige parte de nuestros mecanismos para cortejar, casarnos, buscar hogar y seleccionar dirigentes, además, es responsable de muchos de nuestros ritos y costumbres.

En el cerebro reptiliano se procesan las experiencias primarias, no verbales, de aceptación o rechazo. Aquí se organizan y procesan las funciones que tienen que ver con el hacer y el actuar, lo cual incluye: las rutinas, los hábitos, la territorialidad, el espacio vital, condicionamiento, adicciones, rituales, ritmos, imitaciones, inhibiciones y seguridad. Es el responsable de la conducta automática o programada, tales como las que se refieren a la preservación de la especie y a los cambios fisiológicos necesarios para la sobrevivencia. En síntesis: este cerebro se caracteriza por la acción.

El Sistema Básico o reptiliano controla la respiración, el ritmo cardíaco, la presión sanguínea e incluso colabora en la continua expansión-contracción de nuestros músculos. Este primer cerebro es sobre todo como un guardián de la vida, pues en él están los mayores sentidos de supervivencia y lucha y además por su interrelación con los poros de la piel, los cuales son como una especie de interfase que poseemos con el mundo externo, este primer cerebro es nuestro agente avisador de peligros para el cuerpo en general.

Permite con rapidez la adaptación por medio de respuestas elementales poco complicadas emocional o intelectualmente. Esta conducta no está primariamente basada en consideraciones basadas en las experiencias previas ni en los efectos a medio o largo plazo. Las conductas de las personas calificadas como de psicópatas que carecen de sentimientos de culpa y las de los paranoicos se ajustan a este patrón de conducta. En la psicopatía se juega el papel de depredador y en la paranoia el de presa.

Por decirlo de alguna forma rápida, este primer cerebro es una herencia de los períodos cavernarios donde la supervivencia era lo esencial.

Ahora os dejo una entrevista realizada a David Icke, en el que nos habla del cerebro reptil y de cómo influye en nuestro ser… está programado para la supervivencia … y eso implica ... comportamientos insensibles, falta de empatía, miedos ... Supongo que al igual que yo, tú también conoces personas así ... personas que apenas gesticulan, que no expresan emociones de ningún tipo, que son frías y calculadoras ...

¿Acaso el cerebro reptiliano es una parte más de la manipulación genética que se realizó en nuestro ordenador biológico? … El que utilizamos para experimentar en el juego virtual de la tercera dimensión … es decir, ¿ nos dificultaron el juego de tercera dimensión, y al igual que el FBI dejó una puerta abierta en el sistema operativo windows del illuminati Bill Gates, los “dioses creadores” dejaron una puerta abierta en el ser humano para facilitar nuestra manipulación e incluso permitir y facilitar lo que hacía el agente Smith en Matrix con las personas en estados de vibración bajos …poseerlos … o utilizar de forma temporal el vehículo u ordenador biológico para interactuar en la tercera dimensión a su antojo … ?

Si somos conscientes que todas esas emociones del cerebro reptiliano pertenecen al ego, y no a nuestro ser infinito, no podrán ni manipularnos ni controlarnos


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