Sonia coleccionaba querubines, los tenia de muchos tipos, madera, metal
yeso. Exhibiéndolos en su habitación con orgullo. Y muchas personas le
expresaban admiración.
En cierta ocasión para un trabajo
escolar, el equipo completo se reunión en su habitación, las bromas
surgieron de inmediato, pues Cesar el payaso de la clase se unió a
Mariana la mejor amiga de Sonia para molestar a Diana, una chica dark,
que por mala suerte había caído en ese grupo. Las bromas fueron de tal
magnitud, que la chica salió corriendo, mientras los demás disfrutaban
sus carcajadas.
Esa misma noche mientras Sonia sacudía sus
sabanas, en el momento en que estas caían, pudo ver una silueta blanca
parada al pie de su cama, los querubines voltearon con expresión de
asombro y alzaron el vuelo cubriendo todo el cuerpo de la joven mientras
le decían –corre Sonia, corre- ella salió de la habitación, pero al
cruzar la puerta todos los querubines cayeron de su cuerpo, volviendo a
su estado inmóvil y rompiéndose el mil pedazos al estrellarse contra el
suelo. La chica no volvió a su cama, durmió en la habitación de su
hermana menor.
Al día siguiente le contó todo a su Mariana,
quien no dudo en decirle que la “bruja” de Diana le había lanzado un
hechizo a causa de las bromas que le hicieron, con esta idea en mente
molestaron a la chica, la cual las ignoró y al retirarse le dijo a Sonia
en secreto –Cuídate más de las personas que tienes cerca y que no
entran en tu habitación sin que las invites- .
Sonia volvió a
casa un poco desconcertada, su madre había limpiado la habitación y la
esperaba con los restos de querubines para pegarlos juntas, cuando
terminaron, la chica fue a poner en su lugar todos aquellos que habían
logrado salvar, permanecía con la puerta abierta por la impresión de la
noche anterior, Mariana llegó de visita, recargada en el marco de la
puerta platicaban las dos, entonces Sonia la invitó a pasar y cerró la
puerta porque se sentía más segura, los querubines gritaron –Nooo, sal
de aquí- y las dos corrieron hasta afuera. Mariana le dijo que aquello
la había asustado mucho y mejor regresaría otro día.
Asomándose
desde afuera Sonia podía ver sentada en su cama, aquella silueta
blanca, que se levantaba a caminar por la habitación, con las manos
encogidas, las piernas dobladas hacia atrás, temblando a caminar y
sacudiendo la cabeza con fuerza, intentaba ahorca a los querubines que
revoloteaban por todo el lugar. La chica no pudo soportar la escena y
fue a salvar a sus preciados ángeles, venció el temor y se abalanzó
sobre la figura. Luchó con ella hasta que simplemente desapareció entre
sus manos.
Esa tarde recibió la visita de Diana, quien le
propuso ayudarle a deshacerse de aquel ser extraño que habitaba su
cuarto, tras mucho discutir, lograron llegar a un acuerdo, en al cual
Diana le mostró que la aparición de aquella criatura estaba ligada a las
visitas de Mariana, cuando ella entraba en la habitación, la mujer de
blanco aparecía.
Fue tan simple como no dejarla pasar de la
puerta, no había que hacer esfuerzos extras, solo necesitaba invitación
directa de Sonia, y esta se la negó, entonces la chica se puso inquieta,
caminaba como guardián de un lado a otro de la puerta, le imploraba que
la dejara pasar, pero Sonia se negaba, pasados unos instantes Mariana
expulsaba espuma por la boca, sus ojos saltaban de las cuencas, y
jadeaba como perro, cayó tirada en el piso.
Por medio de un
libro descubrieron que eso era un espíritu maligno de la envidia, que
Mariana había materializado, y metido en la habitación de Sonia para
destruir los querubines que tanto amaba.
0 comentarios:
Publicar un comentario