viernes, 21 de junio de 2013




Sonia coleccionaba querubines, los tenia de muchos tipos, madera, metal yeso. Exhibiéndolos en su habitación con orgullo. Y muchas personas le expresaban admiración.

En cierta ocasión para un trabajo escolar, el equipo completo se reunión en su habitación, las bromas surgieron de inmediato, pues Cesar el payaso de la clase se unió a Mariana la mejor amiga de Sonia para molestar a Diana, una chica dark, que por mala suerte había caído en ese grupo. Las bromas fueron de tal magnitud, que la chica salió corriendo, mientras los demás disfrutaban sus carcajadas.

Esa misma noche mientras Sonia sacudía sus sabanas, en el momento en que estas caían, pudo ver una silueta blanca parada al pie de su cama, los querubines voltearon con expresión de asombro y alzaron el vuelo cubriendo todo el cuerpo de la joven mientras le decían –corre Sonia, corre- ella salió de la habitación, pero al cruzar la puerta todos los querubines cayeron de su cuerpo, volviendo a su estado inmóvil y rompiéndose el mil pedazos al estrellarse contra el suelo. La chica no volvió a su cama, durmió en la habitación de su hermana menor.

Al día siguiente le contó todo a su Mariana, quien no dudo en decirle que la “bruja” de Diana le había lanzado un hechizo a causa de las bromas que le hicieron, con esta idea en mente molestaron a la chica, la cual las ignoró y al retirarse le dijo a Sonia en secreto –Cuídate más de las personas que tienes cerca y que no entran en tu habitación sin que las invites- .

Sonia volvió a casa un poco desconcertada, su madre había limpiado la habitación y la esperaba con los restos de querubines para pegarlos juntas, cuando terminaron, la chica fue a poner en su lugar todos aquellos que habían logrado salvar, permanecía con la puerta abierta por la impresión de la noche anterior, Mariana llegó de visita, recargada en el marco de la puerta platicaban las dos, entonces Sonia la invitó a pasar y cerró la puerta porque se sentía más segura, los querubines gritaron –Nooo, sal de aquí- y las dos corrieron hasta afuera. Mariana le dijo que aquello la había asustado mucho y mejor regresaría otro día.

Asomándose desde afuera Sonia podía ver sentada en su cama, aquella silueta blanca, que se levantaba a caminar por la habitación, con las manos encogidas, las piernas dobladas hacia atrás, temblando a caminar y sacudiendo la cabeza con fuerza, intentaba ahorca a los querubines que revoloteaban por todo el lugar. La chica no pudo soportar la escena y fue a salvar a sus preciados ángeles, venció el temor y se abalanzó sobre la figura. Luchó con ella hasta que simplemente desapareció entre sus manos.

Esa tarde recibió la visita de Diana, quien le propuso ayudarle a deshacerse de aquel ser extraño que habitaba su cuarto, tras mucho discutir, lograron llegar a un acuerdo, en al cual Diana le mostró que la aparición de aquella criatura estaba ligada a las visitas de Mariana, cuando ella entraba en la habitación, la mujer de blanco aparecía.

Fue tan simple como no dejarla pasar de la puerta, no había que hacer esfuerzos extras, solo necesitaba invitación directa de Sonia, y esta se la negó, entonces la chica se puso inquieta, caminaba como guardián de un lado a otro de la puerta, le imploraba que la dejara pasar, pero Sonia se negaba, pasados unos instantes Mariana expulsaba espuma por la boca, sus ojos saltaban de las cuencas, y jadeaba como perro, cayó tirada en el piso.

Por medio de un libro descubrieron que eso era un espíritu maligno de la envidia, que Mariana había materializado, y metido en la habitación de Sonia para destruir los querubines que tanto amaba.


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