domingo, 30 de septiembre de 2012



La Candileja La leyenda de la Candileja
La leyenda de la Candileja, nació en Colombia hace muchos años, se dice que es una gran bola de fuego dividida en tres hachones o luminarias, con brazos como tentáculos que larga chispas de un rojo furioso y produce ruidos ensordecedores y macabros.
Se dice que persigue a los borrachos, los infieles y a los padres de familia irresponsables o golpeadores. Asusta también a los viajeros que transitan en horas avanzadas de la noche por las calles solitarias y oscuras. Algunos abuelos cuentan esta leyenda una y otra vez para escarmentar, asustar o para darles una lección moral a sus hijos o nietos.
Se dice que hace muchísimos años, existió una anciana buena y pacifica que tenia dos nietos a quienes les permitía demasiado, tolerando, consintiéndoles y festejando hasta las más extrañas ocurrencias, groserías y locuras. Las descabelladas ocurrencias de estos niños llegaron hasta exigirle a la viejita que hiciera el papel de una mula de carga, la ensillaron y luego la montaron sobre su espalda los dos al mismo tiempo y anduvieron por toda la casa provocándole la muerte. Al llegar al purgatorio, San Pedro le llamo la atención por su falta de rigidez en la educación de sus dos nietos y la condenó a pagar sus culpas en este mundo,  entre tres llamaradas de fuego que representan el alma de la anciana y las de sus dos nietos.
La luz de la Candileja es confundida con la de las guacas, que son  espíritus en forma luces que guían  a la gente hacia antiguos tesoros escondidos hace miles de años por   los indígenas, y cuando la gente los encuentra les causa la muerte, pero sin embargo, se dice que la luz de la candileja es de un rojo muy fuerte y la de las guacas es amarilla.
Para ahuyentar a la candileja, las personas deben hacerle frente con machetes, palos, hachas o gritándole groserías, acusándola de alcahueta o mala abuela. Generalmente le gusta aparecer en casas abandonadas o solitarias y en los ríos crecidos.


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