Posted by Unknown
Posted on 17:09
with No comments
La conocida historia de los hermanos Grimm, Hansel y Gretel, perfectamente hubiera tenido cabida en el Japón medieval.
En
el conocido- y terrorífico cuento- dos hermanos eran abandonados por
sus padres en el bosque, ya que estos últimos, desesperados, habían
determinado que eran incapaces de seguir alimentando cuatro bocas en una
época tan terrible. Hansel, que escuchó la conversación de sus padres
trazó un plan para poder volver a casa dejando caer una serie de
piedras.
Funcionó
la primera vez, pero no la segunda, ya que, incapaz de conseguir las
piedras, utilizó migas de pan que fueron devoradas por los pájaros.
Perdidos en el bosque, los hermanos se encuentran con una casa hecha de
pan de jengibre y otros dulces, dentro les esperaba una bruja con una
única obsesión, comérselos.
Trasladar
historia al país nipón, haciendo un ejercicio de localización,
cambiando los nombres y paisajes, no sería para nada difícil, ya que las
circunstancias de tantas familias de campesinos eran igual de
precarias. Seguramente, en lugar de encontrarse con una bruja estilo
europeo- que les pregunten a los alemanes cuantas a cuántas quemaron o
ahogaron- se encontrarían con una un poco diferente, la onibaba, y ¡ay
amigos!, dudo mucho que la parejita hubiera tenido tanta suerte…
Onibaba,
recibe su nombre de la unión de dos palabras japonesas oni- demonio- y
baba – bruja o vieja en tono despectivo y tiene su origen en una
historia verdaderamente escalofriante.
Hace
mucho tiempo, una niña nació en el seno de una familia adinerada de
Kyoto. Nunca le faltó de nada, excepto el habla, ya que a la nada
despreciable edad de cinco años, la niña, todavía no había articulado
una sola palabra.
Los
padres, desesperados, consultaron con diferentes doctores, sin hallar
explicación o cura. Un día, dieron con un adivino, que tras observar a
la niña y aplicar sus misteriosos métodos, llegó a la conclusión que la
única salida que tenían era conseguir el hígado de un niño todavía por
nacer, es decir, en el feto, dentro de la madre.
La
familia contaba con diferentes empleados domésticos, pero fue la niñera
la que se iba a encargar de esta dura y difícil tarea. Esta mujer,
tenía una hija de edad similar a la niña afectada, y antes de partir, le
entregó un amuleto- omamori- que la protegería en el caso de que su
madre no volviera o estuviera un largo tiempo fuera de casa. Marchó de
allí e intentó sin suerte conseguir un hígado para su protegida. Llevaba
dinero, el cual no faltaba en la casa donde trabajaba pero ¿qué madre
estaría dispuesta a entregar algo tan preciado?
Casi
sin darse cuenta, pasaron semanas, meses, hasta que llegó a la
población de Adachigahara y estableció su hogar en una cueva, cercana a
un camino muy transitado, lugar que pensó que aumentaría sus
posibilidades de triunfar en su empresa.
Pasaron años.
Un
día, una embarazada caminaba cerca de la cueva. Desesperada y ansiosa
por volver a casa junto a su hija y complacer a sus señores, engañó a la
mujer, la hizo entrar dentro mostrando una sonrisa y escondiendo un
cuchillo.
Destripó
el vientre de la mujer, extrajo el hígado, y no fue hasta ese momento
cuando se dio cuenta de que la muchacha llevaba colgado el omamori que
le había entregado su desaparecida madre años atrás. No sólo había
asesinado a su hija, sino también a su futuro nieto.
Pronto o tarde, se convirtió en un youkai- monstruo- que asaltaría a los transeuntes para comerse su carne.
Existen
muchas más historias y leyendas que hablan de la onibaba. La mayoría de
ellas, cuentan con pasajes que hablan de la anciana-youkai afilando su
largo cuchillo, de como su casa está llena de huesos humanos y de como
disfruta colgando a sus víctimas y preparando un caldo apropiado para el
consecuente banquete.
0 comentarios:
Publicar un comentario