lunes, 11 de marzo de 2013



El 9 de agosto de 1969, Sharon Tate estaba a dos semanas de dar a luz. Ese día tuvo a dos invitadas en casa para comer, las actrices Joanna Pettet y Barbara Lewis, donde les comentó su decepción por el retraso en los planes de regreso de Polanski de Londres. Esa tarde Polanski la llamó por teléfono.

La policía se llevó al único superviviente, el conserje William Garretson, para ser interrogado. Garretson vivía en la casa de invitados que se encontraba cerca de la casa principal, aunque no era visible inmediatamente. Garretson aseguró no tener nada que ver con los asesinatos y que no sabía nada que les pudiese ayudar en la investigación. La policía le permitió marchar.

Informaron a Polanski de lo ocurrido y éste regreso de inmediato a Los Ángeles donde los policías, incapaces de encontrar motivos para los asesinatos, le preguntaron sobre su mujer y sus amigos.

La revista Life dedicó en la época un extenso artículo sobre los asesinatos con fotografías de la escena de los crímenes. También entrevistaron a Polanski para el artículo y éste incluso permitió que se le fotografiase en el salón de estar donde murieron Tate y Sebring, con la sangre seca de Tate claramente visible en el suelo delante suyo. Esto fue criticado, aunque él dijo que lo había hecho porque quería saber quienes eran los responsables y que quería impresionar a los lectores de la revista con la esperanza de que alguien pudiese ayudar en la investigación.

En noviembre de 1969, mientras Susan Atkins se encontraba encarcelada por el robo de un coche, alardeó delante de otra presa que era responsable del asesinato de Sharon Tate. Esto la llevó a ser acusada junto a los cómplices que ella misma acusó: Charles Manson, Charles Watson, Patricia Krenwinkel y Linda Kasabian.

Durante la parte de imposición de la pena del juicio, volvieron a preguntar a Atkins sobre su actitud con Tate y su papel en su muerte. Dijo: Ni siquiera parecían personas... No relacionaba a Sharon Tate con nada más que un maniquí de tienda... sonaba como una máquina IBM... pedía y suplicaba y suplicaba y pedía, y me harté de oirla, así que la apuñalé.


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