La leyenda del tren fantasma “Silverpilen”
Si hay algo más interesante que los barcos
fantasma, sin duda son los trenes fantasma, ya que sus apariciones están
mucho más al alcance de la gente y no reservadas para un pequeño grupo
de rudos marineros. Las leyendas de los trenes embrujados existen
prácticamente desde que los primeros ferrocarriles comenzaron a
funcionar hace ya más de dos siglos. Pero hoy os hablamos de uno en
concreto, Silverpilen o “La flecha plateada”, un viejo tren que fue
retirado ya de la circulación hace algunos años pero que según las
leyendas, todavía recorre los túneles de metro de Estocolmo e incluso de
vez en cuando, hace trasbordo de fantasmales pasajeros en la vieja y
olvidada estación de Kymlinge.
La verdad es que este tren destacó del resto
desde su construcción, allá por la década de los 60. No porque tuviese
ya un halo espectral ni enigmático, sino simplemente por su color
plateado. Los vagones eran de la serie C5, igual que muchos de los que
han circulado durante décadas por el subsuelo de Estocolmo, pero en este
caso, en lugar de pintarlo verde como todos, dejaron el aluminio sin
pintar y fue un caso excepcional y único. El tren nunca se usó en una
línea regular, y tan solo se empleaba de forma esporádica como refuerzo
en horas punta de algunas líneas. De ahí quizás que ya desde un
principio, verlo pasar a toda velocidad fuese algo excepcional.
Las leyendas sobre el tren y sus espectrales
apariciones comienzan en los años 80, cuando algunos operarios del
metro lo veían pasar a horas intempestivas en las que no había
circulación y también en líneas muertas que no conducían a ninguna
parte. Más tarde, como suele ocurrir en todas casi todas las leyendas,
estas se diversifican en diferentes versiones.
Y como no podía ser de otro modo, el tren fantasma se unió a la
estación fantasma. Kymlinge es una estación de metro a las afueras de
Estocolmo que se comenzó a construir en la década de los 70 y que por
historias urbanísticas nunca llegó a finalizarse.
Por la estación, en la línea azul a
Akalla, pasan multitud de trenes sin detenerse. Según parece, el único
que se detiene aquí es nuestro Silverpilen, para recoger a incorpóreos
pasajeros hacia su viaje perpetuo. Alguna versión de la leyenda cuenta
que incluso pasajeros de carne y hueso han llegado a subir al tren,
apareciendo años después en alguna otra estación con la sensación de que
tan solo hubiesen transcurrido unos minutos en el trayecto.
Sea como fuere, pese a que el tren se retiró
en los años 90, su leyenda sigue cada vez más viva. Alimentada por
programas de misterio en la televisión Sueca y siempre con su hueco en
libros y revistas del país nórdico. Hoy en día, no son pocos los que
aseguran que todavía ven pasar a la flecha plateada a gran velocidad
ante sus narices mientras esperan, quien sabe, el poder subir en su
trayecto hacia el misterio. El ticket es gratuito.
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