sábado, 20 de abril de 2013



Emily Irene Sander nació el 26 de febrero de 1989, hija de Russ Sander y Clara Tammy Travnichek, en Lakehills, Texas (Estados Unidos). Fue siempre una estudiante destacada en el Butler Community College y asistió a El Dorado High School durante un año. Tuvo cuatro hermanos: Jarod, Jacob, Christian y Stephanie. Como a la mayoría de las adolescentes, le encantaba el baile, la música, ir de compras con sus amigas y además le encantaban los animales.



Emily Sander a los catorce años


Aunque sus padres se divorciaron y después volvieron a casarse con otras personas, Emily siempre tuvo una excelente relación con ambos. Cuando la familia se mudó al pueblo de El Dorado en el estado de Texas, Emily se integró enseguida a su nuevo lugar.



A los dieciséis años, Emily lo tenía todo: una familia unida, hermanos, un buen promedio en la escuela, muchos amigos y amigas, un perro como mascota, inclusive un novio con quien sostenía una buena relación.



Lo primero que hizo Emily y que no satisfizo a sus padres fue un tatuaje en forma de un cometa rojo con cauda azul, rodeado por cinco estrellas amarillas. Era grande y se lo colocó en el lado derecho del vientre. Aún no lo sabía, pero ese tatuaje se convertiría en un símbolo en la etapa más oscura de su vida.



Después, Emily se puso un piercing en el labio inferior. Para la visión conservadora de su familia, se trataba de actitudes destructivas, vinculadas a las amistades que Emily comenzaba a cultivar y que sus padres y hermanos no veían con buenos ojos: darks, punks, rockeros de garaje y chicas sexualmente abiertas.



Aficionada a navegar por Internet, Emily se dio cuenta de que el negocio del erotismo y el porno era una industria floreciente. Fue entonces cuando decidió dar el paso que cambiaría su vida por completo.



Con ayuda de un amigo fotógrafo, empezó a tomarse sugestivas fotografías donde aparecía en ropa interior. Como no deseaba que su familia y sus amigos de la escuela la descubriera, inventó una personalidad virtual: “Zoey Zane”, una adolescente cachonda que vendía sus retratos.



Emily creó un website y desde allí empezó a ganar dinero. Primero enviaba sus fotografías a quienes se las compraban. Luego se vinculó a página profesionales de venta de pornografía y materiales eróticos. Para este momento, “Zoey Zane” se había vuelto muy popular en la red. Se le reconocía por el tatuaje del cometa.



Ante la creciente demanda, Emily inició otra etapa, donde vendía fotografías de sí misma completamente desnuda. Por supuesto, esto le generó aún más ganancias.



El website de “Zoey Zane”


Durante el día, Emily seguía siendo una hija de familia, quizás un poco rebelde, pero apegada a los valores tradicionales estadounidenses. Por la noche, se encargaba de subir más fotografías para ofrecerlas en venta a sus docenas y después cientos de admiradores.



Emily Sander como “Zoey Zane”



Fue en ese momento cuando Emily le contó a su novio lo que estaba haciendo. El chico no supo cómo afrontarlo; tuvieron una fuerte discusión, ya que él, que había apoyado que Emily se tatuara y perforara, no aprobaba que se exhibiera desnuda y vendiera sus imágenes por Internet.



Emily Sander con su novio


Insistió en que además aquello era ilegal, ya que Emily seguía siendo menor de edad y mentía afirmando que tenía más de dieciocho años. Tras una acalorada pelea, decidieron terminar. Emily se quedó sola.





Por supuesto, la industria exigía cada vez más cosas, así que Emily siguió adelante: las siguientes imágenes ya incluían posiciones explícitas. “Zoey Zane” aparecía acariciándose el sexo y masturbándose, utilizando un dildo. Las ganancias aumentaron. Sin el freno del noviazgo, decidió ir más lejos aún. Invitó a algunas de sus amigas a sumarse a su proyecto. Las que aceptaron se convirtieron en parte de un grupo de chicas menores de edad que colgaban sus fotografías en Internet y vendían las imágenes sin ningún problema.



El siguiente paso estaba claro: las escenas lésbicas se integraron al fondo de imágenes de “Zoey Zane” y el dinero fluyó en cantidades aún más altas. Cuando en vez de dos chicas fueron tres, el furor se desató.



Por supuesto, docenas de clientes insistían en conocer a la atractiva chica en persona. No está claro si Emily llegó a hacerlo, y aunque los rumores afirman que ejerció la prostitución, esto no se pudo determinar con certeza.




“Zoey Zane” era ya una estrella del exhibicionismo soft y amateur, y su página registraba cientos de visitas diariamente.




Emily finalmente se mudó para vivir sola en un pequeño departamento. Aunque sus padres se opusieron, ella impuso su voluntad. Quería emanciparse y quizás expandir su negocio. Sin novio ni familia, y con una cuenta bancaria llena de dinero, Emily se dedicó a divertirse. Aunque sus calificaciones en la Universidad no disminuyeron, sí se alejó de muchos de sus amigos.



La noche del viernes 23 de noviembre de 2007, Emily Sander se citó con varias amigas para ir a un bar de El Dorado. Ya había cumplido los dieciocho años, era mayor de edad y le permitían la entrada; sus nuevas fotos ya no le acarrearían problemas legales. En ese lugar estaba bebiendo Israel G. Mireles, un joven mexicano de veinticuatro años. A Mireles le encantaban las jovencitas; incluso sostenía una relación amorosa con Victoria Martens, una chica de quince años. Ella le acababa de informar días antes que estaba embarazada. Mireles no sabía qué hacer; aunque tenía también la ciudadanía estadounidense, su situación económica era precaria y la familia de su novia se enfurecería al enterarse del embarazo, dado que la chica era menor de edad.



Israel Mireles


Esa noche, Israel Mireles se dedicó a emborracharse. Pasó la noche intentando abordar a varias chicas que estaban en el bar, pero todas lo rechazaron. Deprimido, se quedó bebiendo solo en la barra, hasta que llegó Emily Sander. No se sabe qué ocurrió, pero de pronto los dos ya estaban conversando animadamente. Era obvio que a Mireles la chica lo había fascinado. Las amigas de Emily llegaron poco después y los cuatro formaron un animado corrillo. Bebieron, bromearon, y de pronto Emily e Israel decidieron irse. Las amigas se quedaron en el bar mientras la pareja salía. Al irse, Emily le dijo a Tommy Juárez, el cuidador de la puerta, luciendo una amplia sonrisa: “Volveré en un rato”. Pero no regresó y sus amigas se fueron. Ya era la madrugada del sábado 24 de noviembre.



Emily y Mireles subieron al auto rentado de él. Pasaron a un supermercado a comprar cervezas para seguir bebiendo. Luego, Mireles recogió a un par de amigos suyos, que estaban acompañados de otras dos chicas; los cuatro eran menores de edad. Como no iban a dejarlos entrar en ningún bar, decidieron ir a la habitación que Mireles tenía en un motel donde vivía, ubicado junto a un restaurante italiano donde había trabajado como mesero. Se encerraron en la habitación para beber.



Al poco rato Mireles, ya totalmente alcoholizado, le sugirió a Emily que tuvieran sexo. Pero ella se negó; estaba cansada y aquella reunión con esos desconocidos ya no le gustaba. Decidió marcharse, ante lo cual los amigos de Israel comenzaron a burlarse. Esto lo desquició.



Israel Mireles se levantó y fue tras Emily. Ni siquiera la dejó salir del cuarto. La tomó del cabello y le dio una bofetada. Después empezó a golpearla a puñetazos. Le arrancó la ropa, hasta dejarla completamente desnuda. La chica lloraba y pedía que ya no la golpeara, pero Mireles siguió haciéndolo. Después la tiró sobre la cama del cuarto y empezó a violarla ante la mirada de los otros. Un rato después, también la violó analmente, de una forma tan brusca que le causó fuertes lesiones. Emily seguía quejándose. Mireles la golpeó nuevamente, después empezó a estrangularla. Ella trató de luchar, pero fue inútil. Cuando Emily había perdido ya el conocimiento, Mireles tomó un cuchillo y lo clavó en repetidas ocasiones en el cuerpo de la joven, hasta que la mató. La colcha del cuarto quedó totalmente llena de sangre, al igual que la habitación del motel. Asustados, los cuatro testigos se marcharon.



El cuarto del motel, antes del asesinato


Mireles tomó la ropa, el cuchillo y el cadáver de la joven, y llevó todo a su automóvil. Se dirigió a Baxter Springs, a ochenta kilómetros de distancia. Se detuvo en la carretera al borde de una cuneta, y arrojó allí el cadáver de la chica. Después siguió su camino. Al llegar a Baxter Springs, lanzó el cuchillo, la ropa de Emily, y ropa interior llena de sangre y semen a un bote de basura. Después, Mireles se dirigió a la casa de Victoria, su novia. La despertó, diciéndole que tenían que irse enseguida. Ella hizo una pequeña maleta y ambos se fueron en el automóvil rentado hacia la frontera con México; Mireles abandonó el vehículo en Vernon, Texas. Luego, él y su novia embarazada cruzaron la frontera con rumbo al estado mexicano de Coahuila. Según Sandy Martens (la madre de Victoria Martens), su hija le telefoneó el 24 de noviembre para decirle que Mireles había participado en un altercado cuando otro hombre intentó robarle. Sandy Martens también afirmó haber recibido un mensaje de texto de su hija días después de la pareja huyó, donde ella decía que "tenía mucho que contarle".



Victoria Martens, la novia de Mireles


Los padres de Emily comenzaron a preocuparse; denunciaron la desaparición de su hija y la policía inició la búsqueda, tratándolo como un caso de rutina. Los agentes encontraron el auto de Emily estacionado aún afuera del bar. Sus padres y hermanos estaban consternados; decenas de personas participaron en un misa en apoyo de la familia de Emily, a la que asistió el abuelo de la joven, quien entristecido aseguró a los medios que "la desaparición de mi nieta demuestra que la desgracia puede llegar en cualquier momento".



Pero entonces, el ex novio de Emily decidió acudir ante las autoridades y revelarles sobre la doble vida que la joven llevaba. De inmediato la noticia trascendió a los medios, que convirtieron la desaparición en una noticia nacional. Por su parte, Aurelia Resa, una ex compañera de escuela y amiga de Emily que estaba con ella la noche de su desaparición, declaró a la policía que Emily le había dicho que tenía un sitio en Internet que estaba programado para que la gente de El Dorado no pudiera ingresar a él. Agregó que se podía entrar a través de un servidor proxy, que sorteaba el bloqueo.



La familia de Emily quedó devastada al enterarse de las actividades de su hija como estrella del erotismo virtual. El website de Emily registró un flujo de visitas tremendo, y las imágenes que ella había vendido se convirtieron en objeto de colección. Sus padres no podían creer que la dulce estudiante era además una modelo de imágenes sexualmente explícitas, y desmintieron este hecho, a pesar de que en todos los medios se daban a conocer las fotografías que Emily había vendido por cientos.



Ocurrió entonces un hecho extraño: horas antes de que la policía hallara el cuerpo, un internauta subió a la red un mapa donde señalaba la localización exacta del cadáver y mencionaba que la policía lo había localizado. Pero ese hecho aún no ocurría. Lo policía tuvo conocimiento de esto días después, y para entonces no fue posible rastrear al autor de aquel extraño aviso. El cadáver de Emily fue encontrado el 30 de noviembre, seis días después del crimen, ya en estado de descomposición. Tras la autopsia, el funeral tuvo lugar el 6 de diciembre de 2007.



El mapa misterioso (click en la imagen para ampliar)


Al descubrirse que Emily estaba muerta, sus padres decidieron solicitar que el webiste de su hija fuera cerrado; “Zoey Zane” estaba muerta, pero los visitantes seguían saturando el portal, así que las autoridades les sugirieron que usaran aquel sitio para buscar al asesino. La familia de Emily accedió, y las imágenes de desnudo fueron cambiadas por retratos del asesino, a quien ya se había identificado como el mexicano Israel Mireles.



La policía acudió al motel y encontró el cuarto lleno de sangre; poco después hallaron el cuchillo y la ropa en el bote de basura. Al comparar la sangre hallada en el motel y el semen depositado en el cadáver con las muestras de la ropa y el cuchillo, se determinó que el asesino era Mireles.



La policía en el motel donde ocurrió el asesinato


La búsqueda del asesino terminó el 19 de diciembre de 2007, cuando la policía mexicana lo capturó en casa de unos familiares suyos, en la ciudad de Melchor Múzquiz, en el estado de Coahuila; estaba acompañado de su novia Victoria. Las autoridades estadounidenses de inmediato solicitaron su extradición, pero Mireles pidió que no lo extraditaran. El gobierno mexicano condicionó la entrega del sospechoso a que, en caso de ser hallado culpable, no fuera condenado a muerte. El gobierno de Estados Unidos aceptó las condiciones, e Israel Mireles fue extraditado el 26 de junio de 2009.



Victoria Martens, por su parte, se negó a regresar a Texas, aunque en su contra no existían cargos. Meses después trató de cruzar la frontera. Fue arrestada y llevada a Texas, donde quedó bajo la custodia de un tribunal para menores. Mireles fue llevado a la Corte de Distrito del condado de Butler. En la audiencia preliminar, la Fiscalía decidió acusarlo de asesinato en primer grado, violación y sodomía criminal con agravantes, sobre todo después de las declaraciones de los cuatro testigos, quienes afirmaron que Emily estaba viva mientras era torturada, violada y sodomizada.



También decidieron acusarlo por abusar de una menor, su novia. El juez determinó que había suficiente evidencia para la acusación. La sentencia para esa clase de delitos es de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. La defensora de Mireles evitó hacer declaraciones. Israel Mireles se declaró no culpable. El juicio se emplazó para el 2 de noviembre de 2009.



Los banners de su website


Surgieron muchas páginas de Internet como homenaje a la desafortunada chica metida a actriz erótica. Sus fotografías, como era de esperarse, no dejaron de circular; al contrario, se convirtieron en uno de los materiales más buscados por los cibernautas. Su historia caló profundo al tratarse de una estudiante modelo e hija de familia que poseía una doble vida, la cual ejemplificaba el caso de cientos de jovencitas estadounidenses. Su extraña historia, su oscura faceta y su cruel asesinato, la convirtieron en el símbolo de una problemática que cimbró a la sociedad y encarnó algunos de sus miedos más profundos.


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